Déjalo ir...

Déjalo ir...

... y deja que fluya. Es más fácil decirlo que hacerlo. Cualquier persona que haya dado el salto y se haya mudado a Fuerteventura o a cualquier otra localidad extranjera, sabe que, dejarlo ir, se ha convertido en un compañero permanente, en el pasado y puede que todavía lo siga siendo en el presente. Has dejado atrás tu vida habitual, la familia, los amigos, el trabajo, el hogar y todo el entorno al que estabas acostumbrado para viajar a otro mundo. La actitud lo es todo, ya que los desafíos, la mayor parte del tiempo, son muchos y complejos. Surgen cuestiones que nunca antes te habías planteado, aparecen situaciones que nunca antes habías experimentado. Y puede suceder que, mientras te estas acostumbrando a los procedimientos y estructuras habituales, tu viaje se vuelva algo accidentado. Sin embargo, independientemente del resultado, habrás aprendido y acumulado experiencias que nunca podrías haber aprendido de un libro. La experiencia, ya sea positiva o negativa, sigue siendo una experiencia que te llevará más adelante en tu camino de la vida.


Llevamos inconscientemente con nosotros muchas de nuestras experiencias, a veces de un pasado lejano, en lugar de haberlas asimilado. Esas experiencias tienden a retrasarnos en nuestras nuevas misiones de la vida. Dentro de nosotros, viejos esquemas están constantemente influyendo en nuestro comportamiento real, como experiencias vividas en el colegio o en relaciones pasadas. O nuestro ego pone en peligro nuestra capacidad de confiar en la intuición o de escuchar a nuestro corazón. Demasiadas veces estamos ocupados con temas pasados, y seguimos estando apegados a ellos, en lugar de dejarlos pasar y liberarnos.

Si, por ejemplo, siempre he tenido el sueño de estudiar un tema en particular (o de un trabajo?), podría pasar quejándome los próximos años diciendo que ya soy demasiado viejo, o que estoy demasiado enfermo o de no tener suficiente tiempo libre o culpar a los demás por mi sueño no realizado, como a la pareja, a los hijos, a la sociedad, al sistema. O podría armarme de valor y buscar la ayuda que necesito para realizar ese sueño e ir a por lo desconocido. O empezar algo diferente, aunque en conjunto parezca bastante similar, y crear nuevas oportunidades que me hagan sentir feliz. De esta manera podría dejar el pasado atrás y evitar la espiral mental del "podría haber hecho/ podría haber sido". Así podría estar más cerca de la libertad personal y de la apertura en lugar de estar frustrado y continuamente reprochando.


Nuestro mundo es inmenso y hay mucho en él por descubrir. Pero la humanidad en general es bastante reacia a los cambios y prefiere aferrarse a lo conocido, en lugar de modificar las cosas y descubrir lo desconocido. Sin embargo, a veces solamente eso podría ser la solución. Esto no significa que todos tengamos que salir de nuestro país; a menudo la solución está más cerca de lo esperado. Podríamos tratar de vivir la vida con más conciencia. Siendo más receptivos a conocer gente y a observar situaciones cuando se producen; que podrían tener un mensaje sin descubrir o un significado para nosotros. O volvernos algo más modestos, ya que hoy estamos constantemente condicionados por nuestra sociedad de consumo y con su producción en masa. Para tomar conciencia de lo que realmente es importante en nuestra vida. Para liberarse de la dependencia oculta de la comunicación móvil y la expectativa de la disponibilidad permanente.
La ocupación profesional diaria y el estrés dejan poco espacio para estar atentos a nuestro camino.

Por tanto las vacaciones son un buen momento para liberar la mente de uno y tomar conciencia sobre el "aquí y ahora". Dicho esto, realmente os deseo una relajante estancia en Fuerteventura, disfrutad el aquí y ahora, y, sinceramente, espero que podáis... dejarlo ir.

Patty

--- La experiencia no es lo que le sucede a un hombre;
Es lo que un hombre hace con lo que le sucede. ---
Aldous Huxley