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Body and Soul - Soul Visto: 16065

El científico canadiense Wilder Penfield, neurólogo y ganador de un Premio Nobel elimina tumores cerebrales con cirugía. Cuando abre el cerebro de sus pacientes, examina el funcionamiento de su cerebro estimulando ciertas partes del mismo administrando electricidad de muy bajo voltaje. Su objetivo es encontrar el centro de control del cerebro.

En uno de sus famosos experimentos, estaba estimulando una cierta parte del cortex motor cuando de repente el brazo de su paciente se empezó a mover. Cuando Penfield preguntó al paciente que es lo que estaba pasando, éste le contestó “mi brazo se esta moviendo”. Entonces Penfield le preguntó “estás moviendo tú el brazo?” y la respuesta que recibió fue “no, es mi brazo el que se esta moviendo”. Entonces Penfield ordenó al paciente “Ok, ahora mueve tu brazo en la otra dirección” e inmediatamente el paciente movió su brazo en la otra dirección. Fuera lo que fuera que Penfield intentó para localizar donde se daba esa orden, fracasó en el intento. Encontrar el lugar donde se procesa la orden es fácil, en el Cortex motor, pero localizar el lugar donde se inicia la orden es imposible. No se puede encontrar la localización de donde se genera la orden. Está en todos lados y en ninguno a la vez. Es el “pensador tras los pensamientos”. Es el “sí mismo” que interacciona consigo mismo y genera las ideas.

Según el Dr. Deepak Chopra, uno de los científicos mas famosos del siglo XX, este “sí mismo” no se puede encontrar ni en el cuerpo ni en el cerebro. Está en todas partes y a la vez en ninguna parte del cuerpo y del cerebro. Esta energía que está en todas partes y en ninguna parte a la vez no pertenece al dominio de los pensamientos. Este “sí mismo” se encuentra entre nuestros pensamientos. Es este “sí mismo” el que crea el Espacio, Tiempo, Materia y Energía. Pensamos que el tiempo es infinito, inagotable, pero esto todavía esta por probar. Ningún científico respetable ha usado el concepto del tiempo desde 1913. Desde entonces se ha utilizado el concepto “Tiempo-Espacio-Continuo”.

La experiencia del tiempo es una condición que puede ser distinta para cada individuo. Cada individuo consume el tiempo de maneras distintas. A continuación alguno de estos ejemplos: cuando tienes que realizar un viaje muy largo en avión y estas aburrido por la falta de distracciones, el vuelo te parece interminable. Pero si tu compañero de asiento es una persona agradable y comunicativa, el tiempo pasa volando y tu percepción del viaje es “que no ha durado nada”.

Seguramente conocerás gente que constantemente dicen “lo siento, no tengo tiempo” o “me falta tiempo…” como si el tiempo fuera algo que llevaran consigo mismos, como algo que se escurriera al tener un agujero en el bolsillo. Miran al mismo reloj que miras tú, pero el suyo corre más rápido. Si se analiza a estos “corredores del tiempo”, el descubrimiento es que su reloj biológico corre más deprisa. Su pulso es más rápido, tienen más arritmias por minuto, sus niveles hormonales (adrenalina, insulina, cortisona) son altos, y a veces mueren de repente debido a un ataque cardiaco. Entonces es cuando su tiempo ha pasado y no les queda más tiempo. Estas pobres personas transforman su experiencia interior de “no tengo tiempo, me estoy quedando sin tiempo” en una condición física real.

Alguien que tiene “todo el tiempo del mundo” es completamente diferente biológicamente hablando. Seguramente conocerás la expresión “las vistas eran asombrosas, era como si el tiempo se hubiera detenido” interesante, pero por qué? Cuando alguien experimenta como si el tiempo se detuviera, entonces su respiración casi se detiene, sus pensamientos se paran y su consciencia se calma. Y en el preciso momento en el que ocurra esto, experimentaras la “intemporalidad”.

Cuando tenemos pensamientos y experimentamos sentimientos, nuestro cerebro produce cie

rtas sustancias químicas llamadas neuropeptinas. Significa que una parte de nuestro cerebro no se comunica con la otra parte mediante la comunicación verbal, sino a través del lenguaje preciso de las neuropetinas. Puedes imaginarlas como las llaves que corresponden a ciertas cerraduras o como receptores en la membrana celular. Cada tipo de neurona de nuestro

cerebro tiene su colección de llaves y cerraduras. Esta es la forma en la que las neuronas se comunican entre si. Los científicos han descubierto que no son solo las neuronas las que tienen este tipo de receptores, sino todas las células. Por ejemplo las células del sistema inmunológico. Estas células nos protegen de las infecciones y de todo tipo de enfermedades degenerativas como el cáncer. Nuestros pensamientos y sentimientos afectan a las células del sistema inmune mediante la formación y la aceptación de las neuropeptinas. Este descubrimiento confirma la suposición anterior de que una gran pena, o pesar que se haya sufrido durante un largo periodo de tiempo tendrá una influencia negativa en esas células del sistema inmunológico y por tanto la persona en cuestión será más susceptible de sufrir enfermedades inmunes y degenerativas. También situaciones de stress de larga duración como miedo, rabia, odio,… aumentan los niveles de cortisona, adrenalina o noradrenalina e insulina que afectan negativamente a la eficiencia de las células del sistema inmunológico.

Así que tus pensamientos y sentimientos tendrán una influencia considerable en todo tu cuerpo y como resultado, las neuropeptinas, informaran a todo tu organismo de lo que pasa contigo. Si sufres un gran stress durante mucho tiempo, tendrías que buscar una solución teniendo en cuenta que una mente en armonía es mucho mejor. Una filosofía de vida sana se centra en evitar y eliminar los efectos negativos de una situación estresante. Hay muchos libros sobre este tema, y en ti depende de disfrutar de esta sabiduría.

Te lo mereces.

Michel Robeers

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